El picudo negro –una plaga que ataca a las plantaciones de banano y plátano –llevó a ENFAVI, empresa comercializadora del grupo VICEDO MARTÍ y asociada a IBIAE, a Miami. Allí se celebró, del 28 al 31 de mayo, el VIII Congreso Internacional del Banano.
Durante el evento participaron más de 700 productores, empresarios, científicos, consultores y especialistas en nutrición y medio ambiente y se presentó STOP WEEVIL, una trampa ecológica para el control del picudo negro.
‘Stop Weevil’, como se denomina esta trampa ecológica, diseñada junto a expertos del Departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de La Laguna (Tenerife), consiste en una serie de piezas de plástico que, insertadas unas en otras, forman una fortaleza a la que el picudo negro podrá acceder pero de la que ya no podrá salir.
Elena Vázquez, como directora de exportación y representante de VICEDO MARTÍ durante el evento de Miami, indicó que ‘Stop Weevil’ “fue lanzada al mercado hace poco más de un año y está siendo implantada a día de hoy en las Islas Canarias y Azores”. En América Latina la empresa ibense contactó con productores bananeros de Costa Rica, Ecuador, Colombia y República Dominicana, entre otros. Ya hay estudios en marcha de estos países en campo real, puesto que antes de concretar la compra se efectúan pruebas sobre el terreno con las trampas. En palabras de Elena Vázquez ‘Stop Weevil’ es una inversión a largo plazo que se amortiza rápidamente”.
La idea de esta trampa surgió como consecuencia de la prohibición en 2015 de la Unión Europea del uso de químicos en la captura de insectos y plagas. El departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de La Laguna de Tenerife, donde se cultiva el plátano, contactó con VICEDO MARTÍ para que diseñaran juntos una trampa que cumpliera con esa normativa. “Aceptamos el reto”, asevera Vázquez.
‘Stop Weevil’ incluye unas rampas móviles de superficie rugosa a ras de suelo que facilitan la entrada de los insectos atraídos por una feromona o restos orgánicos. Una vez que entran caen en un cestillo, de paredes lisas, y los picudos ya no tienen escapatoria. “El invento se cierra herméticamente para que no puedan salir los picudos ni pueda entrar agua o restos de hojas, como sucede con métodos utilizados hasta ahora que no son tan efectivos y dificultan lograr el objetivo”, apunta Elena Vázquez.
Por otro lado, existen otras plagas donde el uso de este producto de VICEDO MARTÍ sirve igualmente con solo cambiar el cebo empleado, como puede ser para el picudo negro del Agave, planta muy importante en México para la producción de tequila, o el picudo del pino, que afecta a los grandes bosques del norte de Europa. Esto es, con feromonas que hacen de atrayente se pueden erradicar otros insectos nocivos para distintos tipos de cultivos.
“Aunque la trampa está producida con material plástico su concepción cumple con una función ecológica”, subraya Vázquez y actualmente se fabrica con plástico reciclado.
Asimismo, VICEDO MARTÍ está en proceso de pruebas con materiales BIO y compostables más sostenibles con el medioambiente.