Recorrer un cuarto de siglo a nivel empresarial no es nada fácil, sobre todo teniendoen cuenta que en el camino hay que sortear crisis y periodos complicados. Por este motivo, es más que meritorio subrayar el éxito de SUINSO en su sector.
La firmada radicada en Ibi, inició su andadura en 1992 con la con la fabricación de moldes de extrusión soplado para diversos sectores como el juguete y principalmente el envase. Con posterioridad, SUINSO ha ido especializándose en el packaging de diversos usos: alimentario, uso industrial, cosméticos, etc. Tampoco hay que olvidar el afianzamiento en los procesos PET, soplado de preformas e inyección soplado.
Con el paso del tiempo ha ido ampliando sus tecnologías y desde 2015 ha puesto en marcha una nueva línea de negocio, apostando por la creación de una línea de productos propios de taponería. SUINSO, por tanto, ha dado el salto para fabricar y distribuir esta gama de artículos. La empresa conoce a la perfección las necesidades del sector del envase, decidiendo así explotar un espacio en el cual tiene mucho que ofertar por sus capacidades. Esta línea se está promocionando tanto a nivel nacional como a nivel internacional.
En cuanto a los moldes de inyección, también los fabrican pero siempre relacionados con el packaging.
Por otro lado, entre los proyectos más inmediatos, SUINSO está implantando la norma ISO 9001 y planea cambiar la ubicación de sus instalaciones para trasladarse a otra nave en la cual continuar creciendo a nivel empresarialy productivo.
Futuro
José Antonio González, gerente de SUINSO, explica que entre sus pretensiones figura el “mantenimiento y fortalecimiento de nuestra actividad como moldistas, potenciando el artículo propio porque nos puede aportar muchas cosas”.
Cuestionado por la importancia de esta profesión en la Foia de Castalla, apunta algunas claves interesantes. “Existe un déficit de mano de obra especializada. Sigue habiendo una formación enfocada a las nuevas tecnologías del molde. El mecánico de toda la vida, el que domina el banco de trabajo, eso es lo que en Ibi estamos echando en falta. Necesitamos mano de obra de ajustador puro y duro. Cuesta más de encontrar este perfil”, relata.